Aluviones
Entre 1914-1915 en Europa se desarrolla la
primer guerra mundial, por aquí, en Sudamérica se inicia la revolución del
Paraguay. Al sur de Argentina en los inicios de colonizar enormes leguas de
campo de monte, mas precisamente en la zona denominada el “Entre ríos del Sur”,
siendo sus protagonista el río Negro y el río Colorado o “Covun Leuvu” (río
Caliente) según vocabulario Tehuelche. A la vera de éste río a lo largo de mas
de 150 km, los pueblos en formación de
Fortín Uno, Pichi Mahuida, Juan de Garay, Río Colorado y Buena Parada transcurrían
y desarrollaban su vida social y comercial en torno al ferrocarril construido entre 1897 y 1899. Los intereses y egoísmos, políticos y económicos entre Buena
Parada y Río Colorado perduran desde hace años, el encuentro entre personas de
diferentes nacionalidades, la milicia y los escasos descendientes de
Tehuelches, Pampas, Mapuches y otras etnias, generaban discrepancias y enconos que
aún hoy persisten.
Los primeros
días de Enero de 1915 transcurrían entre el agobiante calor y furiosas tormentas
de verano, hasta que el 2 de enero los pobladores mas cercanos al río
comenzaron a percibir un extraño comportamiento del mismo, lentamente pero sin
pausa, las aguas comenzaron a ganar las calles, patios, casas, campos, por días
el agua de color marrón oscuro, seguían avanzando hasta alcanzar mas de dos
leguas de ancho.
Muchos no
tuvieron escapatoria y perecieron bajo ese turbulento alud de lodo, piedras,
arboles y una gran masa de agua. Otros huyeron a lugares elevados del terreno,
se veían de a grupos de 100, 200 personas diseminadas por los campos acarreando
los pocos pertrechos que pudieron rescatar. Por esos años el medio de
comunicación mas veloz era el telégrafo, en este caso la velocidad de la ola
gigantesca fue superior al mensaje de aviso de alerta.
Pasados
varios días las crónicas de los periódicos de esa época después del 6 de enero
comenzaban a tener información de la causa de semejante catástrofe, como así
también la suerte de numerosas personas, cuyos familiares no tenían noticias.
A partir del
7 de enero las aguas lentamente comienzan a descender, y comienzan a
vislumbrarse las consecuencias de la creciente, para esa fecha no se tenían
noticias de la situación en Fortín Uno, Pichi Mahuida y Juan de Garay.
Desde La
Japonesa Juan Giancarlos informa que su negocio y la balsa fueron totalmente
destruidos, y que las aguas alcanzan una extensión de mas de tres leguas.
Desde Bahía
Blanca sale un tren con auxilio hasta la estación Río Colorado, pero solo llega
hasta estación Gaviotas. Autoridades ferroviarias deciden avanzar lentamente,
llegando hasta 5 km antes del puente de Buena Parada, subidos a barrancas
cercanas, vislumbran que el río tiene un ancho de mas de dos leguas, allí encuentran
al Juez Fosatti y numerosas familias.
Por esos días
el presidente de la nación Victoriano de la Plaza veranea en la zona del Tigre
cercana a Buenos Aires. El 8 de enero el presidente, enterado de la situación,
solicita la intervención de la marina.
Días antes el
Sr. Coleman, superintendente de ferrocarriles del Sud, intenta llegar con una
pequeña formación con botes y víveres hasta estación Juan de Garay, a poco
andar observa que no podrá avanzar e inicia el regreso, pero tampoco lo pudo
hacer ya que las aguas habían avanzado sobre las vías detrás del tren. La
locomotora comenzó a hundirse y el agua alcanzó los vagones, fue necesario
utilizar los botes, después de un par de días pudieron llegar hasta a Río
Colorado. Entre tanto los vecinos Domínguez y Romera encuentran mas de 60
personas sin abrigo, ni alimento. Por esos días se suma a la creciente
abundante lluvia.
El 9 de enero
el presidente De la Plaza, ordena al ministro de obras públicas Manuel Moyano
girar $3.500, 76 carpas y varias mantas al Gobernador del Territorio Pedro
Antonio Serrano. La firma tabacalera Piccardo y Cia. Envía: 500 paquetes de cigarros "43" y 1 cajón de tabaco "Picadura". También
el ferrocarril del Sud envía mas de cien cajas con diversas vestimentas.
Desde Fortín
Uno, el 12 de enero el almacenero Lezcano intenta llegar hasta Pichi Mahuida
con zorra a bomba, solo llega hasta el km 889, continúa caminando hasta el
pueblo, allí encuentra solo en pie el edificio de la estación , galpón de
cargas y estanques. Desparecieron el almacén de ramos generales, varias
viviendas y entre 18 y 25 vagones, el puente inaugurado en 1904 está intacto
sin los terraplenes de acceso, en la estación se observa mas de 1 metro de barro en el interior, en las bardas cercanas se pueden observar algunos de los
vagones totalmente destruidos.
El
ferrocarril del sud para no retrasar el flete de encomiendas entre bahía Blanca
y Neuquén decidió habilitar chatas tiradas por caballos entre Buena Parada y
Benjamín Zorrilla que tardan entre 5 y 6 días para 35 leguas de huellas
intransitables por las intensas lluvias.
Entre tantos,
un hecho dramático lo vivió Mario Salles, agrónomo de Duahu, quien con 24
personas estuvo en un carro 115 horas rodeado por el agua, sin alimento,
soportando viento y lluvia, cuenta la
crónica que al ver a niños llorar y desmayarse de hambre no dudó en sacrificar
un gato, que fue el crudo y escaso alimento por esas horas.
La magnitud
de la inundación ha pasado, en el centenario del evento numerosas crónicas se
escriben, se han escrito y se escribirán. El cauce del río cambió a partir de
allí, fue necesario construir diques de contención.
Tal vez un suceso
de este tipo no se repita, hoy la situación del río es exactamente opuesta, otro aluvión gigante, el del consumismo, la desvastación del recursos natural ha dañado severamente el río y la cuenca, el sistema económico-político neoliberal ha transformado al
río en un desagüe de sus desperdicios contaminantes. Quién hoy pide auxilio, quien hoy se está ahogando es el Colorado y quizás dentro de 100 años nuestros
descendientes nos pregunten: che ¿no
hicieron nada para rescatarlo?
Jose Luis Trejo
Fuentes consultadas: archivos diario
La Nueva Provincia, archivos diario La Nación