jueves, 19 de marzo de 2015

SOLICITADA



SOLICITADA
  1. A los políticos: no busquen mi voto, ya no creo en las democracias. Demasiada gente pasa hambre, y la mayoría no es feliz. Los recursos del mundo están siendo depredados, y lo peor es que a todos ustedes les da igual: sólo buscan la perpetuación en el poder y los más bajos intereses personales a corto plazo.
  2.  A la justicia: a partir de hoy jamás acataré sus leyes. Ni sus instituciones ni sus fallos. Ustedes, los de la justicia, no son justicia auténtica: fueron y serán parte  de un orden establecido por los más fuertes, nada más. Sé que me perseguirán. El sistema tiene sus anticuerpos, y supongo que ahora soy una especie de virus maligno. Vengan a buscarme, los espero. No les temo: no podrán quitarme nada de lo que ahora valoro.
  3.  A los líderes religiosos: les ruego que le dejen a Dios lo que es de Dios y al hombre lo que es del hombre. No engañen más a la gente. Dejen de derramar sangre y miseria en nombre de Dios, como vienen haciendo desde el comienzo de la historia, cuando en realidad sus dioses son el dinero y el poder.  Canalicen sus trastornos psicológicos por otro lado. Vendan sus riquezas y ayuden a la mitad del mundo que vive con dos dólares por día y sin agua potable.  Hagan un mundo un poco mejor, como la imploraron en sus prédicas Moisés, Cristo, Buda y Mahoma, seres ejemplares en su tiempo.
  4.  A las empresas: olvídense de mí, no quiero saber nada más con ustedes. Pido perdón a quienes sumí en el sueño idiota de perseguir la realización personal a través del trabajo en las corporaciones. Pido perdón a los que incité a pensar que eran lo que decía su tarjeta de presentación. Pido perdón a los que hice ganar plata y a los que hice perder –no me queda claro a quién les hice más daño-. Bancos, agencias de publicidad, empresas medianas, grandes y chicas: bórrenme de las listas de telemarketing, den de baja mis tarjetas, cancelen mis créditos. Soy ahora su peor cliente: ya no les sirvo para comprar, ni para vender nada.
  5.  A las escuelas y universidades que me formaron: revoquen mi licencia profesional, les devuelvo todos mis títulos. Sólo supieron enseñarme como generar los mejores resultados económicos “para la sociedad”. Tuve que aprender sólo la otra cara  de esa moneda: la que enseña que los mejores resultados producen a los peores hombres. No me interesa más ejercer esta profesión.
  6.  A mis hijos: les pido perdón por haber fracasado como padre. Pensé que educándolos según el molde de esta sociedad les daba libertad y poder de elección. Me doy cuenta ahora: los he diseñado, los he convertido en esclavos autómatas del sistema. Es tarde ya para cambios. Este, hijos míos, es tal vez mi último intento. Mi desesperado intento.
  7.  A todo el resto: hay muchas personas a las que ME GUSTARÍA MANDAR PERSONALMENTE A LA MIERDA UNA POR UNA. Pero la falta de espacio me obliga a generalizar: ¡Váyanse TODOS  a la mierda! Bah, todos no: hay rarísimas excepciones. Y a esta minoría les envío mis disculpas por la generalización.  Y también algunos consejos: sepan que escuchan más de doscientas mentiras por día, que el sistema está creado para que no lo cuestionen, que son manipulados y domesticados  como vacas idiotas y que se la pasan pastando mentiras. Sepan que hay pasiones superiores a la de ver a once TIPOS corriendo detrás de una pelota. Háganse tiempo para mirar el cielo. Lean algo que valga la pena, cuestiónenlo, aprendan.  Respiren una bocanada de aire fresco y reencuéntrense con la naturaleza.  Atrévanse a pensar. Enamórense. Tengan miedo y tengan coraje. Sigan a su corazón. Si se atreven, algún día me gustaría conocerlos.


Marcel Douplat - Paris, 6 de abril de 2007

 Del libro: La Otra Tierra/ Nicolás Pichón Riviere