Lo que no debe serAndando se observan muchas cosas y algunas de ellas dignas de mención. De la que vamos a ocuparnos hemos sido testigos y por cierto que no nos gustó nada por ser ello la negación de la mas elemental del justicialismo.
Entre Juan de Garay y Pichi Mahuida, existe un kilómetro, creemos que el 867, donde por razones de servicio y control de trenes, se ha establecido algo así como una estacioncita en la que prestan servicio algunos ferroviarios. Viajábamos en el tren de pasajeros que parte a las 11 horas de Río Colorado e íbamos distraídos contemplando el paisaje, magro por cierto, cuando de pronto nos llamó la atención ver que iba rodando una bolsa con galleta y unos paquetes con carne, carne que se revolcó entre la tierra.
Los empleados ferroviarios miraban tranquilos esos paquetes que caían. Luego supimos que esa es cosa muy común, pues los trenes no solamente no se detienen, sino que ni siquiera aminoran la marcha cosa que podría impedir que se revolcara esa carne que van a comer los compañeros. Esto es algo inhumano y acerca de lo cual debe tomar intervención la Unión Ferroviaria o La Fraternidad, gestionando la parada de esos trenes para que bajen los alimentos y no los tiren como lo están haciendo. 
Son obreros que están ahí en cumplimiento de un deber, son tan ferroviarios como cualquiera y, por sobre todas las cosas, son seres humanos que necesitan la debida consideración.
Fuente: Diario La Región 13 de abril de 1951
