viernes, 15 de septiembre de 2017

Bombardeo

Efeméride olvidada

Crónica histórica
A 60 años del bombardeo en Río Colorado


Sábado 17 de septiembre de 1955

• los aviones lanzan dos bombas al puente ferroviario por la tarde, sin dar en el blanco
• por la noche se oscurece todo el pueblo

Domingo 18 de septiembre de 1955
• por la mañana vuelven a bombardear sobre el puente.
• vuelo rasante sobre el pueblo.
• llega tren con tropas del ejército desde Neuquén, los soldados se dispersan.
• el comando central se instala en la escuela Nº 18.
• un avión arroja dos bombas, cayendo éstas cerca de la estación.
• otro avión arroja otras bombas, dañando seriamente el galpón de máquinas, afectando viviendas cercanas sobre los que es hoy la avenida San Martín.
• otras bombas caen sobre un tren con vagones-tanque cargados de petróleo, dañando solo el vagón de cola.
• actualmente quedan sobre las vías, sobre Villa Mitre dos vagones-tanque como testimonio de aquellos sucesos(foto).
• comienza el abandono de hogares por parte de la población hacia la zona de chacras y campos vecinos.
• los aviones siguieron con el bombardeo.

Lunes 19 de septiembre de 1955
• tres aviones continuaron con el bombardeo hasta el mediodía.
• cuando caía la tarde se anuncia a través de la radio el cese de los bombardeos, por lo que los pobladores inician el regreso a sus viviendas.


Fuentes: testimonios orales
Periódico “La Región” Septiembre 1955

martes, 22 de agosto de 2017

Sucesos desconocidos / ocultos


Atahualpa Yupanqui y Juan D. Perón: diálogo en el exilio

La invisibilidad de pueblos y comunidades americanos no es de ahora, se ha manifestado desde el instante mismo de la invasión, colonización y exterminio. Uno de esos sucesos ocultos por la “historia oficial” es el denominado “Malón de la Paz” que vio la luz gracias al magnífico trabajo del psicólogo e investigador Marcelo Valko1. Allí se relata con irrefutable documentación, los 2000 km recorridos a pie por alrededor de 200 Kollas desde Abra Pampa hasta la Casa Rosada, para reclamar ante el mismísimo Juan D. Perón (electo en elecciones presidenciales de febrero de 1946) la devolución de sus tierras usurpadas por terratenientes explotadores. Luego de 81 días de marcha, cosechando adhesiones desde todos los sectores, no solo visibilizó la explotación, castigo, esclavitud de esa comunidad, sino también de innumerables comunidades indígenas de Argentina, y su violento final.
Una vez entregado a Perón el petitorio los Kollas fueron alojados en el tristemente célebre Hotel de Inmigrantes, allí fueron confinados y una vez más invisibilizados. Habían pasado 23 días de su llegada y la gran ciudad ya ni los recordaba, la madrugada del 29 de agosto de 1946 tropas de la infantería de policía y de marinería, irrumpieron en las habitaciones del hotel; los Kollas, golpeados, arrastrados, empujados fueron introducidos contra su voluntad en dos vagones de cargas, para ser deportados a sus lugares de origen.
De las innumerables adhesiones recibidas a lo largo de aquella marcha se destaca del poeta y cantor Atahualpa Yupanqui, quien había tomado contacto por primera vez con los caminantes en Tucumán. Enterado del trato y el destierro dado a los Kollas hizo suyo ese reclamo y se propuso no dejar que el grito de justicia desaparezca. En el periódico “La Hora” del partido comunista, Atahualpa publicó un extenso texto testimonial: ¡Hermano Kolla! Te lo advertí…comienza el testimonio “…te vi pasar por los caminos del Tucumán, saludé tu esfuerzo con mi mayor alarido, nuestros ponchos conversaron sobre cosas comunes” (…)” y culmina “… para comprar tu alegría con moneda justa, para que brote la dicha sobre la tierra parda, para borrar las lágrimas del llanto:¡está mi corazón, Hermano Kolla! A raíz de esta nota y su afiliación al partido Comunista, Yupanqui fue incluido en las listas negras, sus actuaciones, sus canciones fueron prohibidas. Fue encarcelado y finalmente tuvo que exiliarse.
Cuando Perón sufrió en carne propia el exilio, ya en Europa asistió a un recital de Atahualpa, luego se acercó a saludar al camarín. “conversando luego con Eulogio Fredes, Atahualpa relató aquel curioso encuentro de dos argentinos desterrados” (Valko Marcelo, “El Malón de la Paz” pag 159):
Le hablé primero, le dije:
  • Que feo que es el desarraigo ¿no? cuando usted me mandó hasta estos pagos y otros lares, por culpa de defender a los Kollas, por decirle que era un latrocinio envagonarlos y mandarlos al norte, que era una vergüenza lo que hacían con los hermanos. Es feo el desarraigo…
  • Entiéndame –dijo él- Lo que pasa que fue un lobby que me hicieron gente de Patrón Costa, Ejército, Gendarmería y el general Filomeno Velazco. Una concepción nacionalista que no se entiende bien. Además cuando uno está arriba hay que tomar medidas. Si no los paraba me pedían una reforma agraria de fondo y el movimiento no estaba preparado para una reforma agraria. Bueno pero eso ya pasó. ¿y cómo se siente usted?
  • Y como me voy a sentir si usted me echó, si usted me dijo que abandonara inmediatamente la Argentina. Así que ya ve amigo, así me siento…
Perón me sonrió, me abrazó y me dijo:
  • Y bueno amigo…ya está. Así son las cosas.



José Luis Trejo


1 VALKO, Marcelo; “Los indios Invisibles del Malón de la Paz”: Peña Lillo Ediciones Continente, 2012

lunes, 7 de agosto de 2017

Troupe de farsantes

Cuando un bebé nace no solo hereda características de mamá y papá, abuelas y abuelos, el bebé también hereda unos cuantos millones de años de existencia y miles de generaciones que lo precedieron. Hereda todos los avances de la humanidad en materia tecnológica, también todos los… ¿avances? ¿De conocimiento, conciencia y conducta humana?, hereda ese ¿avance? ¿En materia de distribución equitativa de las riquezas naturales?, las cuales nos brindan los recursos para simplemente lo básico: refugio, alimento, vestimenta. Todo lo demás ¿Es avance de la especie humana? ¿Es progreso que tan pocos humanos posean más recursos de subsistencia que los muchos que no? y ¿Por qué esos muchos que no, están sometidos por esos pocos? ¿Pueden más los pocos que los muchos?
Hoy, siglo XXI, conozco vecinos que no tienen acceso a esos progresos tecnológicos, no al agua potable, no calefacción, no energía eléctrica, no un refugio digno, no una alimentación equilibrada. La humanidad transita la era de: “vas a tener lo que yo quiero”. Agua, energía eléctrica, calefacción, refugio, alimento para todos los días, esos derechos no te lo van brindar; te van a ofrecer, a precio muy módico, una pantalla con una antena que se coloca en el techo de tu casa, no importa si se llueve o cualquier viento te lo vuela, también vas a tener un aparatito pequeño con el cual te van a sujetar definitivamente; también conozco vecinos que me paran por la calle, me alcanzan su teléfono móvil y me piden que por favor les lea un mensaje que les llegó, porque ellos no saben leer ni escribir; tampoco te van a dar conocimientos, ni recursos que te permitan pensar y ser libre. Esa palpable realidad de absoluta inequidad también la hereda el bebé, nazca donde nazca. En esta era y en este tour se ha agregado un nuevo individuo, por estos días esta troupe ha llegado a mi pueblo, como tantísimas veces, con sus carromatos alta gama, música y anuncios corroídos, con innumerables regalos y su inagotable dialéctica pobre en contenido, dialéctica ya rancia de tanto repetirla. El bebé al nacer también hereda ese retroceso de la especie humana, allí predominan los oscuros nubarrones de la hipocresía y la indiferencia, el sentido de inequidad aquí se agudiza. Esta troupe es parte del cambalache de compra/venta y los vas a ver en esa pantalla de tu casa y el aparatito sostenido en la mano, mágicamente se los ve sonrientes prometiendo banalidades. Suelen reaparecer cada dos años gesticulando promesas ya incumplidas. Esta “profesión” de ser candidato de, es hereditaria, los nombres de los bufones se repiten; aclaro: los bufones en la Edad Media eran personas, generalmente de aspecto grotesco, se encargaba de divertir a la corte con historias graciosas y chistes. Aquí se sigue divirtiendo a la corte que los designa candidatos, lo triste es que quien los observan y escuchan son los sometidos, que incluso, están obligados a votar y elegir uno entre tantos. Aunque ya somos cada vez menos los observadores y escuchas, pero igual te obligan a que vayas y elijas uno. Se reiteran los apellidos, triste destino el de los pueblos que leen y escuchan los nombres de siempre. Si el abuelo ha prometido y no cumplió, porque ha de hacerlo el hijo o el nieto, (lo expreso en masculino pero léase unisex). Como revela Heidegger son individuos interpretados, no opinan por sus propias ideas, transmiten o repiten ideas de otros, de sus “patrones” que no son más que aquellos pocos, “dueños” de las riquezas naturales que necesitamos para nuestra subsistencia. Sus oratorias son inexpresivas, fuera de todo contexto y realidad. Por detrás de ellos podemos observar y percibir el vapor, el aroma a corrupción. A pocas cuadras donde montan su escenario hay ciudadanos sin los servicios básicos adecuados, el gobierno, en el que ellos mismos participan, jamás ha previsto mejorar la calidad de vida de esas personas. Lo que es más grave, las ha empeorado.
Voy a considerar que nos llamemos hermanos el día que todos tengan acceso por igual a: tierra, vivienda, confort, alimentos, salud y educación, sin distinciones, sin privilegios, sin explotados ni explotadores, sin oprimidos ni opresores. Recordemos que el Capital (que somete y domina países y a sus bufones) acumularon sus riquezas invadiendo, colonizando y provocando imperdonables genocidios, más de setenta millones de humanos de comunidades de América y otros tanto de África, sometidos y exterminados; “el Capital chorrea lodo y sangre” (Carlos Mark, El Capital).
Estos bufones a quienes tenemos que votar, solo administran intereses de ese Capital, hacen que nos mantengamos divididos, padeciendo sus decisiones y maneras de manipular. Con sus discursos vacíos refuerzan el concepto vertido por el filósofo Jean Paul Sartre en su prólogo del libro “Los condenados de la tierra” de Frantz Fanon; “… ustedes saben bien que somos explotadores. Saben que nos apoderamos del oro y los metales y el petróleo de los "continentes nuevos" para traerlos a las viejas metrópolis…”, precisamente Fanon señala: “Para liberarse de ella, acaban por matarse entre sí: las tribus luchan unas contra otras al no poder enfrentarse al verdadero enemigo y, naturalmente, la política colonial fomenta sus rivalidades…”. Estos bufones en sus denominadas “campañas” fomentan esas diferencias en favor del Capital que representan, jamás representan al pueblo. Un niño que nace hereda mezquindades, opulencias y exclusión.

Cuando el niño
que pide para comer
tome en sus manos
la justicia
vos…
hipócrita
lo llamarás delincuente.

Roberto Moscoloni

José Luis Trejo