Se habla
de YPF, de Mosconi, de petróleo, si conversamos con la historia ella también
nos cuenta que en los inicios del descubrimiento y extracción del petróleo hubo
represión, censuras, despidos y cárcel para delegados obreros, defensores del
trabajo digno, uno de esos primeros perseguidos por el Gral. Mosconi fue el
gran relator de historias patagónicas don Asencio Abeijón, nacido el Tandil en
1901, al poco tiempo en 1903 se fue con sus padres a Comodoro Rivadavia, su
propia vos nos cuenta: “…mi papá vino
para Comodoro con 4 hijos, era el 1903 y no había médicos, ni farmacia, ni
escuela, nada, solo había coraje…” y nos sigue contando: “…el día mas alegre del pueblo fue cuando
llegó Isidro Quiroga, en cambio cuando se descubrió el petróleo es mentira que
la gente salió festejar ni nada de eso, mas bien decían ¡¡qué mala suerte!!
¿¿vio?? Era una frustración porque no se encontró agua…”
Fue
maestro a los 19 años, a los 20 entra a trabajar a YPF donde lo eligen delegado
obrero, el Gral. Mosconi lo cesantea no solo por ser delegado sino también por
sus artículos en un periódico local, defendiendo al trabajador y denunciando
las precarias condiciones laborales. Por eso cuando la historia habla, habla de
todo, no discrimina, no es lo mismo olvidar con no querer recordar. Abeijón
comenzará su vida errante que sería la base de sus posteriores libros, contando
lo vivido, será carrero, resero, camionero, contratista de esquila. Conocerá la
cárcel por cuestiones políticas. Subir al pescante del carro lanero de Abeijón
es iniciar un viaje para conocer la tierra de quienes la amaron. Dice Osvaldo
Bayer: “…se me ocurre que la tumba de don
Asencio debería tener estas palabras: amó el desierto, sostuvo la mirada del
guanaco, siguió el rastro del león cebado, escuchó a la gente sencilla, se
asomó a las bahías luminosas y enfiló su carro hacia la ruta final de las
estrellas sureras.”