viernes, 16 de abril de 2010

"Cuando corro, soy un hombre pobre"

Era un ejecutivo aburrido, gordo, que pasaba todo el día sentado en un escritorio, trabajando con una computadora. Una noche fue a festejar su cumpleaños número 30 en un nigth club con sus amigos. Sentado en la barra, empezó a tomar tequila y se dijo a sí mismo: "No me gusta mi vida". Y emuló a Tom Hanks en "Forrest Gump". Salió del lugar, a la medianoche, y empezó a correr. Borracho.
Fueron 50 kilómetros que marcaron el inicio de una nueva vida. "Desde ahí no paré y no pienso hacerlo hasta la tumba", dice Dean Karnazes (Los Ángeles, 1962), quien será la estrella del ultramaratón de montaña (80 kilómetros) que se hará mañana en San Martín de los Andes.

Se trata de una de las 100 personas más influyentes de América, según la revista "Time", y del "hombre más saludable del planeta", según la "Men's Fitness". Es protagonista de numerosas proezas, como correr 50 maratones (42 km), en 50 días seguidos, en 50 estados diferentes, finalizando con la de Nueva York, que la completó en 3 horas 30 segundos. "Tengo una habilidad única de recuperarme rápidamente, a lo mejor es genético. La última de las 50 fue la que más fuerte me sentí. Muchos no vuelven a correr en uno o dos meses, pero yo volví a correr al fin de semana siguiente. No puedo estar más de tres días sin correr", asegura Karnazes, autor del libro "El hombre ultramaratón: confesiones de un corredor nocturno", que resultó un best seller y, traducido a 11 idiomas, es uno de los libros de deporte más vendidos del mundo.

"Correr es muy simbólico, como otros desafíos de la vida. Hay que dedicarse, sacrificarse y comprometerse", explica este hombre que duerme entre 3 y 4 horas por día, cuyo gran objetivo es correr, en un año, un maratón en cada uno de los 204 países que las Naciones Unidas reconoce en el mundo.

Karnazes llevó su cuerpo y su mente a límites inimaginables. Corrió un ultramaratón de 220 km por el Valle de la Muerte con 48°, otro en el Polo Sur a –4°, atravesó a nado la Bahía de San Francisco, escaló el Half Dome en Yosemite, realizó desafíos non-stop de 24 horas en mountain bike, surfeó las Olas Gigantes de Hawai...

"¿El secreto? Trabajar duro, sin excusas. Mi hermana me dijo una vez: 'Sigue tu corazón y nunca perderás el rumbo'. Ella murió un mes después en un accidente, cuando tenía 18 años. Sus palabras guiaron mi vida", asegura.

En 2008 participó de un evento que se llama "The Desert Grand Slam" y consiste en correr por cinco de los desiertos más duros del mundo en un año calendario. Dean lo hizo en Atacama en Chile, Gobi en China, el Valle de la Muerte en California, Sáhara en África y la Antártida.

"Correr –afirma– está relacionado con lo espiritual. Correr es muy simple. Mi vida es compleja por la cantidad de compromisos. Pero cuando corro tengo la mente clara, soy libre. No tengo nada, soy un hombre pobre cuando corro. Es muy liberador. Correr no conoce fronteras, une a la gente, en un mundo que tiene tantas cosas que dividen y separan a las personas".

Fuente: Juan ignacio Pereyra Diario Rio Negro 16/04/2010

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